Naty Sánchez Ortega
La primera vez que escuché el nombre de Tutankhamon no había cumplido 16 años. Su máscara funeraria ejerció sobre mí una silenciosa fascinación. Creo que su mirada penetrante me hizo olvidar que hacía ya siglos que aquel hombre no caminaba sobre la tierra. Cuando contemplé, con ojos de adolescente, los tesoros que habían salido de su tumba, no entendí qué había de "funerario" en aquellos objetos. A mí me parecían las cosas más bellas del mundo: pectorales de oro con piedras preciosas y dioses exóticos; vasos traslúcidos con formas extraordinarias; muebles con patas o cabezas de leones; tronos dorados con el joven monarca y su esposa en gesto de cálido afecto... ¿Qué relación tenía toda aquella belleza con la muerte?
Han pasado muchos años desde entonces. He tenido ocasión de ir al Museo Egipcio de El Cairo y ver los tesoros en persona; he caminado por la pequeña tumba que custodió al rey durante tres mil años; he estudiado con detalle la época de Amarna, la vida de Tutankhamon y la historia de Howard Carter y Lord Carnarvon; he impartido numerosas conferencias sobre él, sobre su ajuar, sobre el hallazgo arqueológico... y el joven rey me sigue pareciendo un misterio lejano, que se resiste a los académicos, a los inventores de fábulas y a los turistas curiosos. Quizás Tutankhamon se ha convertido en un símbolo y nos sigue interesando por todo aquello que no llegaremos a saber nunca sobre él.
Hace un par de años se creó gran revuelo al proponerse la idea de que su tumba es solo la antesala de otra mayor. Todavía estamos a la espera de que concluyan las investigaciones, para mi gusto demasiado mediatizadas. Veremos qué pasa al final.
El joven rey me sigue pareciendo un misterio lejano, que se resiste a los académicos, a los inventores de fábulas y a los turistas curiosos.
Padres
Desde Howard Carter hemos ampliado mucho nuestros conocimientos sobre el reinado de Tutankhamon, aunque quedan muchos interrogantes sin resolver. El más polémico se centra en sus padres. ¿Nació de Nefertiti y Akhenaton como defienden algunos? ¿Es hijo de Akhenaton con otra mujer? ¿O fue su madre la primogénita de los anteriores, Meritaton? Los estudios de ADN publicados en 2010 bajo la dirección de Zahi Hawass indicaron que la mujer joven hallada en KV 35 es la madre del rey. Asimismo, la momia masculina de la caótica KV 55 sería el padre. El problema es que ninguno de los dos cuerpos se han identificado de forma irrebatible, así que el margen de especulación sigue abierto.
Identificar a su padres clarificaría las circunstancias de su acceso al trono con apenas diez años y arrojaría luz sobre el destino final de los personajes mencionados, cuyo supuesto fallecimiento debió ser sin duda la causa principal de la coronación de un niño.
Reinado
Con el paso de los años hemos seguido la huella del reinado de Tutankhamon, que fue muy intensa en Tebas. Los arqueólogos han identificado algunas construcciones a nombre del rey en los templos de Karnak y Luxor. Esto ha demostrado de manera contundente que como mínimo a partir de él la familia real abandonó el proyecto iniciado por Akhenaton y trasladó de nuevo la capital a Tebas, abandonando parcial o completamente la ciudad de Akhetaton (hoy Amarna). Las esculturas del dios Amón con el rostro del joven Tutankhamon son señal inequívoca del fin del conflicto religioso. Las dudas se aclararon por completo al encontrarse la llamada Estela de la Restauración (CG 34183, Museo de El Cairo), donde se hace evidente que Tutankhamon ha ordenado el retorno a las tradiciones egipcias milenarias.
Su esposa: Ankhesenamón
Algo es cierto: su esposa fue la princesa Ankhesenamón, la tercera hija de Akhenaton y Nefertiti. Su nombre original era Ankhesenpatón, en consonancia con el proyecto religioso de sus padres, pero una vez convertida en reina realizó este cambio simbólico en sintonía con las reformas de su esposo, que hizo lo mismo (Tutankhaton era su nombre original). Sobre esta mujer se han dicho muchas cosas, algunas se pueden demostrar, otras son puras especulaciones. El personaje rebosa interés y me encantaría abordarlo en futuros artículos de manera individual, pues sin duda jugó un papel clave en estos años. No hace mucho, Zahi Hawass anunció una campaña arqueológica para intentar localizar su tumba. Veremos qué nos deparan los acontecimientos. Saber con exactitud qué pasó con ella nos mostraría un panorama más acabado del final de la dinastía XVIII.
Tutankhamon ha despertado mucho interés por su familia, por la situación de Egipto cuando subió al trono, por los personajes que le rodearon... Sin embargo, pocas veces nos detenemos a pensar en él como ser humano, como individuo con voz propia. Es cierto que sus primeros años de reinado era muy niño, pero ese niño creció y en aquellos tiempos un muchacho de veinte años era ya una persona madura. Disponemos de todo su ajuar funerario y de suficientes evidencias de sus decisiones de gobierno como para dibujar su perfil personal, su identidad como rey egipcio y su legado a la historia faraónica. En próximas entradas abordaré otros detalles sobre él para seguirle la pista y os iré informando sobre esos esperados descubrimientos procedentes de Egipto que no sabemos si sucederán. Creo que Tutankhamon aún nos tiene muchas sorpresas reservadas.
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Júlia (jueves, 01 febrero 2018 17:47)
Trobo molt encertada la manera com l'autora aborda al gran personatge, des de la perspectiva històrica i arqueològica fins a la part més humana. Un plaer la seva lectura. Gràcies Naty Sánchez.
Naty (jueves, 01 febrero 2018 17:51)
Gràcies!!! Es un plaer compartir la meva pasió :)
matilde silva roman (viernes, 09 febrero 2018 14:15)
Hola realmente me cautivo la lectura de este blog y no veo la hora de leer en profundidad y dedicarme al tema .
gracias
Naty (domingo, 11 febrero 2018 12:21)
Gracias, Matilde, me encanta saber que te ha gustado. Espero seguir despertando tu interés en futuras entradas.