He aquí el relato de un héroe sin espada, que realizó una odisea en busca de la antigua Troya. Con Homero debajo del brazo como guía y mentor, puso su dinero al servicio de la Historia y se arriesgó a sufrir las burlas y menosprecios de los académicos de despacho que negaban la existencia de Troya sin haber intentado siquiera probar suerte con el pico y la pala. Rindo este homenaje a Schliemann por su generosidad y por su empatía con los antiguos, a los que respetaba tanto como admiraba.
Paris secuestró a Helena, y al hacerlo provocó la gran Guerra de Troya. Quizás nunca sospechó hasta qué punto iba a marcar para siempre el destino y la historia de las culturas mediterráneas. Largo tiempo se creyó que la guerra era apenas una leyenda, un relato épico para deleitar a los guerreros y educar a los jóvenes griegos. Sin embargo, en el siglo XIX, un arqueólogo aficionado pero enamorado de los poemas homéricos, se atrevió a iniciar una gran aventura: ¡Encontrar Troya!
Por Naty Sánchez Ortega. Hoy quiero hablaros de un rey que pasó de ser un desconocido a convertirse en un icono del Egipto faraónico. Tutankhamon salió a la luz en 1922 y se convirtió en una súper estrella. Aunque ha hecho correr ríos de tinta, no se ha dicho todavía la última palabra sobre él. Su nombre va dejando una estela de preguntas sin responder que nos empuja a seguir investigando los misterios que le rodean. Hoy os dejo unas reflexiones sobre algunos misterios sin resolver.